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El precio de la verdad: una mirada al periodismo con The Post

  • sergio-torress
  • 29 jul
  • 2 Min. de lectura

La verdad no solo es uno de los objetivos del periodismo, es una decisión constante.


En una de las escenas decisivas, el equipo de The Post hace seguimiento a un fallo de la Corte Suprema sobre el derecho a informar.
En una de las escenas decisivas, el equipo de The Post hace seguimiento a un fallo de la Corte Suprema sobre el derecho a informar.

Por Daniela Pérez


¿Cuál es el precio de una noticia? Si considera usted que quien paga por una noticia es quien compra un periódico o paga por el internet que le permite buscar un titular específico, está en lo incorrecto.


Hay un precio que se paga por darle el sí a una publicación; es fundamental entender el riesgo que se toma detrás de aprobar qué sale y qué no sale al aire. Esto va más allá de perder un puesto de trabajo o quedar con mala reputación. Un periodista se juega el todo por el todo y hasta puede poner en tela de juicio el trabajo de años y la libertad misma.


En The Post (película basada en hechos reales) se cuenta la historia de The Washington Post y el esfuerzo de este periódico por sobrevivir en primera instancia a la competencia pero después y aun más importante, en sobrevivir al precio de la verdad. ¿Qué haría usted si tuviera los expedientes secretos gubernamentales de su país? Actualmente y para la mayoría de la población publicar en primera instancia sería la opción principal, pero hay más que pensar alrededor de esta decisión.

Como se evidencia a lo largo de The Post, hay un constante esfuerzo de todo un grupo de periodistas en pro de una noticia en particular. Después de indagar por todos los medios para encontrar la "pieza que faltaba en el rompecabezas" viene el momento definitivo: publicar o no publicar.


En el caso particular de la película, el riesgo iba ligado a la posible captura de la dueña del periódico. En otros casos, publicar significa poner en riesgo la vida misma.


La película The Post se sitúa en 1971 pero para la fecha que se escribe esta reseña nos encontramos en pleno siglo XXI y toda su trama adquiere relevancia y vigencia. Esto es así, porque hoy la desinformación abunda y los intereses personales y políticos están más latentes que nunca.


En la actualidad, la libertad de prensa y la responsabilidad que hay para hacer buen periodismo siguen siendo decisiones complejas pero al mismo tiempo necesarias.

 
 
 

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