¿Por qué seguirá siendo importante el periodismo?: Una mirada con Martín Caicedo Salazar

El periodista que nos cuenta más, sobre el buen periodismo de hace unos años.

“Lamentablemente, el periodismo de la vieja escuela, los antiguos que escribían, que eran excelentes redactores e investigadores, con ética profesional, con responsabilidad social, antecedentes a mi generación, se han ido perdiendo y todos esos buenos valores del periodismo.”

En un mundo donde la información circula a una velocidad inimaginable y cualquier persona con acceso a internet puede convertirse en un "informador", el periodismo enfrenta grandes desafíos. Martín Caicedo Salazar, periodista político con una larga trayectoria en Colombia, actual periodista en la Secretaria general del Senado de la República, y gestor de grupos de periodistas en el Congreso, analiza la transformación del oficio y los retos que enfrenta la profesión en esta era digital.

Caicedo recuerda con gran afecto los tiempos en los que la ética y la rigurosidad definían el trabajo periodístico. “Lamentablemente, el periodismo de la vieja escuela, los antiguos que escribían, que eran excelentes redactores e investigadores, con ética profesional, con responsabilidad social, antecedentes a mi generación, se han ido perdiendo y todos esos buenos valores del periodismo”, afirma. La invasión de las redes sociales y la facilidad para divulgar información han dado paso a un escenario en el que la inmediatez prima sobre la veracidad.

El periodista comenzó su carrera desde un enfoque social, enviando reportes sobre actividades políticas y comunitarias a Bogotá. “Yo mismo me fui empíricamente formando, me gustaban mucho las entrevistas y la investigación, sobre todo. Siempre me ha llamado la atención investigar a fondo las cosas, no comer entero”, comenta. Fue esta pasión por la verdad lo que lo llevó a formalizar su camino profesional en el periodismo.

Sin embargo, no todo ha sido un camino fácil. Caicedo recuerda uno de los mayores desafíos que enfrentó en su trayectoria: la censura dentro de los medios tradicionales. “Uno de los principales desafíos cuando uno entra al campo del periodismo es que, por lo general, uno necesita trabajar para un patrón. Y esos patrones tienen una afiliación política. Lo más duro es encontrarse con jefes de redacción que no le permiten a uno ejercer el periodismo con objetividad”, explica. Esto lo llevó a buscar nuevas alternativas para seguir ejerciendo su profesión con independencia, aprovechando el auge de las plataformas digitales. “Menos mal que esto fue superado con las redes sociales. Creé mis propias plataformas para realizar mis trabajos con mi propia opinión y criterio, sin depender de un filtro que responda a intereses externos.”

Uno de los momentos más importantes en su carrera ha sido su paso por el Senado de la República, donde ha tenido acceso a múltiples corrientes políticas y a información clave para el país. “Fue trascendental para mí, porque es como si le abrieran la mente a un mundo desconocido. Ahí es donde uno tiene que tener esa curiosidad periodística para indagar más, investigar más y no casarse siempre con una misma teoría o corriente política”, señala.

Sobre la ética periodística en la actualidad, Caicedo es enfático en su crítica a la falta de responsabilidad en los medios. “Hoy lo que vemos en los medios de comunicación es un espectáculo atroz. Muchos periodistas han olvidado la ética profesional y lo que informan no es periodismo, sino publicidad encubierta. Es degradante ver que se informa según los intereses de un patrón y no con base en la verdad”, dice.

 

A pesar del difícil panorama, mantiene la esperanza en las nuevas generaciones de periodistas. Su consejo para los estudiantes de comunicación social y periodismo es claro: “No casarse con un solo medio, no sesgarse. Investigar siempre, consultar múltiples fuentes y no publicar solo por publicar. Hay que mantener la capacidad de análisis y crítica social, sin dejarse manipular por intereses ajenos a la verdad.”

 

El periodismo, en su esencia, sigue siendo una herramienta poderosa para la sociedad. Sin embargo, como advierte Caicedo, su futuro depende de la capacidad de los nuevos periodistas para recuperar la ética, la responsabilidad y el compromiso con la verdad en un mundo saturado de información.