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Spotlight y la responsabilidad de contar lo difícil éticamente

  • dlinares4
  • 29 jul
  • 2 Min. de lectura

Por Daniel Linares


Reflexión personal sobre la película Spotlight, enfocada en lo que representa para quienes estudiamos periodismo: los retos de investigar a una institución poderosa, el valor de la verdad y el cuidado emocional necesario al entrevistar a víctimas de hechos traumáticos.


Michael Rezendes (interpretado por Mark Ruffalo) en búsqueda de la verdad.
Michael Rezendes (interpretado por Mark Ruffalo) en búsqueda de la verdad.

Ver la película Spotlight fue más que ver una buena película: fue una forma de entender qué significa, en la práctica, hacer periodismo serio. La historia sigue al equipo de investigación del Boston Globe que, en 2002, destapó los abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos en Boston y el encubrimiento sistemático por parte de la Iglesia. Desde el comienzo, la película deja claro que esta no es una historia de héroes individuales, sino de trabajo colectivo, responsabilidad ética y compromiso con el interés público.


Un aspecto que me hizo pensar mucho fue cómo los periodistas manejan las emociones al tratar con personas que han pasado por traumas. Entrevistar a una víctima de abuso no es lo mismo que entrevistar a un funcionario o a un experto. En una escena, Sacha Pfeiffer (interpretada por Rachel McAdams) escucha con respeto a un hombre que fue abusado de niño por un sacerdote. No lo interrumpe, no lo presiona, solo deja que hable, sin juzgar ni buscar una declaración impactante. Esa escena me mostró que parte del trabajo como reportero también es saber escuchar, contener y respetar los tiempos de las fuentes. Como futuros periodistas, no podemos ignorar el daño que puede causar una pregunta mal hecha o una actitud fría frente a alguien que confía en nosotros para contar algo tan delicado e importante.


La película también me hizo pensar en lo difícil que puede ser investigar a una institución tan presente e importante como la Iglesia. Muchos de los personajes habían crecido con una relación cercana a ella, aunque después la dejaran a un lado, lo que puede hacer que la investigación no sea solo profesional, sino también personal. Creo que Spotlight deja una lección clara: el buen periodismo no evita los temas incómodos, incluso si eso implica cuestionar tradiciones, estructuras o figuras reconocidas por las personas.


En resumen, Spotlight me ayudó a entender lo que implica investigar con seriedad, trabajar en equipo, tomar decisiones difíciles y manejar con cuidado las emociones de las personas que deciden hablar y contribuir a la búsqueda de la verdad. Para quienes estudiamos comunicación o periodismo es una película que vale la pena ver no solo como espectadores, sino como futuros profesionales que algún día podrían estar frente a una historia igual de difícil, y que tendrán que decidir cómo contarla de forma ética y humana.





 
 
 

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