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El concejal "gomelo" inconforme con el IDPAC

  • Foto del escritor: njaveriana
    njaveriana
  • 8 may
  • 2 Min. de lectura

Posterior a la rendición de cuentas del IDPAC, el concejal Juan Daniel Oviedo manifestó su disgusto acerca de un informe de rendición de cuentas que tachó como lamentable. "No solo con los dientes y con las herramientas se puede incidir, también se necesitan las ganas".



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El concejal considera de gran relevancia la participación ciudadanía como un mecanismo para resolver los problemas más cercanos a los bogotanos.


122.100 ciudadanos pertenecen a juntas de edificios o conjuntos, mientras que otros 104.900 conforman las Juntas de Acción comunal (JAC). Una cifra de participación bastante baja para una ciudad como Bogotá con mas de 10 millones de habitantes. No obstante, Oviedo considera que se está desperdiciando tanto presupuesto como iniciativas loables. Según él, no se les brinda soporte mediante mecanismos de sensibilización ni capacitación. Para él otra opción es brindar directorios actualizados a las JAC para facilitar un análisis más profundo de las problemáticas.


Oviedo también se mostró inconforme porque no se ha aplicado con rigurosidad la ley y el documento Conpes que dictamina que el Idpac tiene la obligación de mantener actualizados los directorios de las JAC.


Además, las acciones comunitarias en materia de gestión de riesgos y desastres deberían ser, como mecanismo de participación ciudadana, una prioridad para el Idpac.


Planteadas las problemáticas, el excandidato a la alcaldía lanzó sus propuestas para darles solución.

La primera consistía en que el IDPAC funcione como habilitador de la detección de necesidades locales, de comunicación estratégica con las comunidades y del fortalecimiento de las capacidades para la gestión local. Esto se puede hacer mediante las JAC y las Juntas de propiedad horizontal.


La segunda es resolver las problemáticas más sentidas de las personas. Propone que el Idpac ayude a empoderar a las JAC y a las juntas de propiedad horizontal al relacionarse con otras entidades estatales y comunicarles el sentir de estas comunidades. Todo esto acompañado de capacitaciones y acompañamiento a los miembros de estas sociedades para resolver y prevenir los riesgos que no necesiten, por el momento, intervención del Estado.


Su última propuesta consistía en liberar el potencial local para promover iniciativas económicas, sociales, ambientales, y de financiación del desarrollo. Esto con el fin de atender las necesidades particulares de cada territorio. Es decir, potenciar los mecanismos de participación y de pertenencia de grupos para mostrar que las JAC permiten que sucedan cosas buenas al trabajar articuladamente con el gobierno.


Cerró señalando que "hay gente capaz, hay herramientas pero pareciese que faltan ganas de atender las necesidades de los habitantes, particularmente en cada una de sus comunidades".

 
 
 

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